domingo, 6 de octubre de 2013

A TRAVÉS DEL CRISTAL


   Aquella noche estaba preciosa: había rescatado de las polillas aquel vestido olvidado que elogiaba su figura. Su cabello bruno y ensortijado, brotaba cual magma de un volcán y sus ojos te adentraban en un juego de espejos, devolviendo la imagen siempre distorsionada.

   Mientras asistía, como privilegiado espectador, a la película de su cuerpo, ella labraba surcos en el parquet del salón. Giraba imparable, dando vueltas y vueltas, cual guerrero Cimmerio encadenada a una rueda de molino, irradiando su impaciencia. Sabía que la cita era vital porque, si acababa mal, no habría otra oportunidad.

   Por ella no sería. Por eso preparó la cena a conciencia, incluyendo todo lo que a él le gustaba cuando compartían piso. Entre otros detalles, tenía dispuesta una botella de espumoso, para regar con Sauvignon Blanc los paladares.

   El atrezzo que servía de ecosistema al vino, estaba compuesto por una vajilla de fina porcelana, cubertería de esas que coge polvo en un cajón (hasta que se encuentra un motivo o una compañía por la cuál merezca la pena oxigenarla) y las socorridas velas, que hacían de luciérnagas en tan romántico escenario.
 
 
Portada del disco "Retro Active" de Def Leppard

   Cualquiera que como yo, observara el fruto del amor y la ilusión puestos en esta cita, se sentiría conmovido y desearía estar en el lugar del invitado. Nadie con un corazón salubre podría desaprobar tamaña muestra de esperanza por reparar algo que fue y dejó de ser.

   Por desgracia, yo nunca podré adoptar el papel que mencionaba, puesto que solo soy un delicioso vino de Rueda, que espía a través del cristal, siendo partícipe de la inquietud de una dama. Espero que mi mediación posibilite un acuerdo. Debo relajarme o mi sabor será distinto al esperado. Lástima de etiquetas, tan grandes y adosadas a mi cuerpo, quitan visibilidad a la escena.


Escrito original: 29-11-2011 para el Concurso Microcuento “Mujer y Vino” organizado por E+F a través de Facebook

2 comentarios:

  1. Jajaja, qué chulo!!!. Desde luego que sorprende quien es el relator de la historia. Podrías hacer lo mismo con una botella de birra o de ron, jejeje :P
    Genial guapo!!
    Con acento en la a

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  2. Muchas gracias, me alegro que te haya gustado. Si lo hubiera relatado una botella de birra o ron, la mesa de la cena hubiera quedado menos engalanada, jejeje.

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