martes, 1 de noviembre de 2016

¿TRUCO O TRATO?


   Crear. Preciosa palabra. En todas sus acepciones motiva para dejarse llevar por ella: producir algo de la nada; idear, construir; realizar algo partiendo de las propias capacidades; producir una obra literaria, artística; imaginarse, formarse una imagen en la mente, etc.
   Destruir, por el contrario, es una palabra horrenda que se define como deshacer, arruinar, inutilizar una cosa.




   Todo aquello que conlleve habilitar la existencia de algo me fascina.
   Cuando la creatividad te invoca, hay que dejar lo que se esté haciendo y facilitar que se exprese a través de nosotros. Así pues, ya sea escribiendo, componiendo música, pintando, etc., una parte de nosotros sale al mundo exterior y deja que los demás lean nuestra alma.
















   He mencionado 3 maneras, pero hay infinitas formas para intermediar, cual ouija, entre el corazón y el mundo de las percepciones. Una que no imaginé practicar, pero tan válida como cualquier otra, es la escultura, nivel dummy, por supuesto. No he dado forma al mármol, ni a la madera, ni tampoco al bronce. Dadas las fechas actuales (noche de Halloween), una calabaza ha sido el barro para engendrar a mi particular Adán. Siempre me gustó esta celebración gracias al grupo de heavy metal Helloween, quienes abarrotaban sus discos de calabazas variadas practicando todo tipo de oficios, desde científicos chiflados hasta bomberos pirómanos. Así que aproveché mi gusto por el rock para esculpir a los cuatro miembros de Kiss en una cucurbitácea.





















   Ni que decir tiene que Gene Simmons es quién mejor quedó pero también el que me lo puso más difícil. Paul Stanley fue el más sencillo y Ace Frehley estuvo en un nivel intermedio de complejidad. Como el maquillaje de los baterías de Kiss nunca me ha gustado, sustituí al cuarto componente por una cara de terror típica que, aunque desentonó, quedó bastante chula.














   En internet sólo encontré calabazas pintadas con los miembros de la banda o diseñadas por ordenador, pero ninguna tallada como la mía. Ya me extraña, puesto que este grupo musical tiene el merchandising más variado y bizarro de la industria: máquinas recreativas, coches, preservativos e incluso ataúdes forman parte de los productos oficiales que están en el mercado.
   Tras romper un cutter y quedarme con agujetas en los brazos, dejo aquí el resultado de la creación y el making-of: