domingo, 8 de mayo de 2016

REQUIEM A UN ROBLE SECO (D.E.P. 17?? - 2011)


Hace veinte años quedó
huérfano de un hermano de ramas,
que durante siglos le acompañó
hasta convertirse hoy en pasto de llamas.

Desde su atalaya en el Alto de Santiago,
poderoso y legendario surgía,
de las eras, incansable vigía,
descendiente del manzano de Adán y Eva,
nunca un solo roble dio tanta sombra
al pueblo de Santibáñez de Esgueva.

  

Ahora entiendo a Machado y su poema
aprendido en bachillerato,
este fue nuestro “olmo seco”
hendido por tantos rayos.

Por enemigos no tuvo el tráfico,
ni la industria del papel,
tampoco la contaminación,
ni enamorados tatuando su piel,
debió luchar sin aliento,
contra el juez insobornable que es
el paso del tiempo.


Como decía el poeta: “algunas hojas verdes le han salido”,
puede que todavía quede esperanza en este sitio,
quizá nuestros nietos lo vean alto y renacido,
sus raíces aún son cimientos que soportan el peso de este municipio.



  
   Dedicado al roble centenario de Santibáñez de Esgueva (Burgos). Era el emblema de la localidad junto a otro roble que le acompañaba y que un rayo quemó a finales de los 80. En 2011, ha quebrado, dejando de sobrevivir.

   Poema publicado en el libro internacional "Ecopoesía 2012" tras ser seleccionado en el II Concurso Mundial de Ecopoesía 2012, convocado por la Unión Mundial de Poetas por la Vida Poetas Univa (dentro del IV Festival Mundial de Ecopoesía),

Fotografías obra de Kike L. Adeliño, José Ángel A. Izquierdo y Luismi Esteban  ©