sábado, 23 de febrero de 2013

SER SUMO HACEDOR. Parte 1



   Notición: ¡voy a ser padre!. Sí. A mis allegados les sorprenderá la noticia, pero así es: voy a crear vida.
   Lo aclararé para evitar confusiones: voy a elaborar mi propia cerveza artesanal. Quién diga que esto no es ser sumo hacedor, entonces es pater familias de verdad y ve más las dificultades que los placeres de engendrar.
   La cerveza es literaria. Sus efluvios generan inspiración y estimulan la flora mental para componer música, poesía, pintura, etc., o simplemente facilitan la expulsión si nos excedemos.
   Mi intención, por tanto, no es hacer apología del alcoholismo (nada más lejos de la realidad) solo pretendo volcar mis impulsos creativos en otro mundo más, aparte del musical y el literario.







   Tras meses investigando en internet por todo tipo de webs en las que me empapé de consejos, trucos, técnicas de elaboración, problemática, y tras hacer números para ver qué equipo de iniciación debía comprar sin ser muy complejo (y lo más barato posible), el pasado 3 de enero llegó el pedido de mi kit para principiantes. Como estaba currando, lo recogieron los vecinos y enviaron un mensaje al móvil anunciando que nos había llegado un ¿barril? de cerveza a casa. No pude evitar pensar que me había equivocado con las medidas o había encargado otro equipo muy diferente al que necesitaba. Pero no, el supuesto barril era solo el cubo fermentador, con capacidad para 30 litros. Eso sí, la etiqueta de la empresa suministradora me obligó a tener que dar explicaciones incómodas que, posiblemente, deterioraran mi imagen de vecino comedido y responsable.


   En cuanto comencé con la receta de elaboración cervecil, ya me dí cuenta de que tenía que haber invertido un poco más y haber comprado accesorios más manejables. Pero bueno, veremos si el experimento es fructífero y merece la pena como para seguir invirtiendo.
   Para no complicarme la vida nada más empezar, evité los pasos de comprar el grano, molerlo, cocinarlo, etc. y adquirí directamente 3kg. de malta lista para fermentar. De entre los variados packs a elegir, opté por el Indian Pale Ale de la marca Muntons Gold. El contenido está preparado para calentar, mezclar con agua mineral y añadir la levadura, hidratándola primero. Hay que controlar los tiempos, cantidades y temperaturas. Teniendo en cuenta la posibilidad de estropear la cerveza en cualquier fase del procedimiento, decidí hacer dos tandas, y dividir la materia prima en 1’5 y 1’5 kg. (además de las cantidades de agua, azúcar, etc).

   Con la primera partida comencé el sábado 19 de enero tras esterilizar convenientemente el cubo fermentador y los aparejos a usar. El otro kilo y medio lo reservé para más adelante. Después de conseguir la mezcla adecuada, uno de los momentos más delicados es esperar a que se enfríe para adicionar la levadura. Hay que procurar que sea rápido, para que ningún agente externo contamine la solución. Dada la estación fría en la que nos encontramos, bastó con sacar a la calle el fermentador, tapado durante un rato, para que la temperatura se situara entre 18 y 21 grados. Si nos equivocamos, la levadura se estropeará y no fermentará la cerveza.
   Se mide entonces la densidad con el hidrómetro, extrayendo una muestra en la probeta (que luego se eliminará) y comprobando que se sitúe entre 1040 y 1044 (D.O.: densidad original). Huele muy bien, como a miel caramelizada, y tiene un sabor fuerte, como si probara cien marcas de cereales juntas. Veinte minutos antes de enfriarse se rehidrata la levadura y se añade, mezclando todo correctamente. 


   Llegados a este punto, dejamos nuestro futuro elixir con la tapa puesta, pero sin cerrar herméticamente, en una estancia con temperatura entre 18 y 21 grados. Así esperaremos a que termine la fermentación en 7 u 8 días. En esta fase, muchas recetas indican la utilización de airlock para salida de gases. No es este el caso, aunque sí lo usaré en la segunda fermentación, que explicaré más adelante. 
   Continuará...

   Ver Parte 2

sábado, 16 de febrero de 2013

PUBLICACIÓN EN LA ANTOLOGÍA “VERSOS EN EL AIRE” DE "MITOS DESMITIFICADOS"


   En 2012 participé en el I Concurso de Poesía “Versos en el Aire” organizado por Diversidad Literaria, colectivo creado por jóvenes escritores para fomentar la lectura y escritura en todos los ámbitos. El libro del mismo nombre que el certámen aglutina a 300 seleccionados, incluyendo al ganador y a los diez finalistas.  El fallo fue publicado el año pasado, pero hasta ahora no se ha editado el ejemplar con los poemas elegidos.  
   Creo recordar alguna entrada de los organizadores que hablaban de más de mil participantes. No sé cuanta gente habrá enviado sus creaciones, pues tres centurias publicadas se me hacen muchas, pero bueno, estar entre ellas no es desagradable, y estas cosillas siempre hacen ilusión:

   
   Más adelante publicaré la poesía escogida, que parodia a dioses, héroes, leyendas y a la mitología antigua en general.