El 10-6-2011 acudí a la boda de mis amigos Carlos y Marta. En ella, tuve el privilegio de ofrecer una lectura propia, algo que me mantuvo nervioso toda la ceremonia. Nadie diría que me dediqué durante casi 12 años de mi vida a dar cursos de formación y hablar cara al público, ya que este evento era lo suficientemente importante como para poner de manifiesto mis inseguridades. A pesar del calor reinante, yo tenía frío. Era el último de los "ponentes", precedido por emotivas frases de ambos hermanos de los novios, recordando momentos vitales destacables. Para colmo, la música del enlace era la banda sonora de Braveheart, y dado que yo somatizo mucho las polifonías, fue un añadido de tensión a mi sistema nervioso. Aún así, nada más aproximarme al micrófono y tras hacer una pequeña broma a la concurrencia, la incertidumbre desapareció por completo y puedo asegurar que disfruté muchísimo "dando el pregón". Las risas y los aplausos de los asistentes ayudaron a ello.
Dado que el martes 10 se cumplió el tercer aniversario de los protagonistas, quería felicitarles publicando todo aquello que leí con vasto deleite, haciéndome sentir monologuista ante un público con verdadero interés por escuchar (¡por fín!). Pido disculpas por las licencias musicales tomadas para la creación del texto. Léase cuidando las rimas:
Familiares,
amigos, padrino, madrina, Carlos, Marta: Cuando uno asiste a una boda se le
pregunta "¿vienes por parte del novio o de la novia?". Pues yo tengo la suerte de
compartir amistad con los dos contrayentes. Hace unos meses, los aquí firmantes,
me pidieron que leyera unas líneas en este enlace. No sé si perdonaré que me
pongáis en esta tesitura. Es un honor pero a la vez, una responsabilidad realmente
dura. Si cumplo mi cometido y consigo haceros sonreír, prometo estar agradecido.
Decir
unas palabras sobre ellos, es harto complicado, cuando hablar de Marta supone
remontarse al año 1994: fuimos camaradas en la carrera de Derecho; contra la
ley luchando y ésta última ganando; sufridores de Administrativo, Procesal o
Comunitario. En ese escenario fui parásito de unos apuntes que Marta me
prestaba casi a diario, con buena disposición, y yo aprovechaba su letra clara
y meridiana, para saltarme las clases de muy buena gana.
Hay estrellas fugaces que pasan
por tu vida: efímeras, con fecha de caducidad y otras que se quedan, que se
convierten en una amiga, que refulgen y están cuando las miras. Su sonrisa siempre regala, es
adhesiva, celeste, duradera y, cuando te habla, es imposible no responder con la
misma moneda.
Decir
unas palabras sobre Carlos supone remontarse al curso 90 o 91: a la senda del
tiempo forjada en el instituto, donde coincidimos primero en el comedor (tratando
de esquivar el potaje; las hormigas de la lechuga apartando) y ya después en
tercero de bachillerato, formando parte en informática del mismo grupo de
trabajo. Lo cual fue una suerte, que hizo que consiguiera un sobresaliente.
Quien
conoce a Carlos sabe que tiene inteligencia de Stephen Hawking, pero memoria de
Spectrum. No os extrañe si esta ceremonia la está grabando algún satélite a su
mando. Su concentración llega a tal extremo, que aunque le hablas, te sientes
como Tom Hanks en "Naúfrago", hablándole a una pelota de cuero. Es hospitalario y
yo pasé horas en su hogar, pero sin abusar, pues vivió en una cárcel, aunque no
como presidiario.
Imágenes del videoclip "November Rain" de Guns'N'Roses
Cuando comenzó nuestra amistad, nos intercambiamos por error
unas cazadoras y desde entonces no nos hemos cansado de llevarnos puestos, pues
sabemos que siempre tendremos el abrigo del otro cuando haga frío o nos
necesitemos.
Marta
tiene un marcapasos llamado Carlos que le anima el corazón y si se para le
dice “Carlos, trata de arrancarlo”. Pero es raro que exista un parón, pues el
combustible que utilizan es cariño, paciencia y comprensión.
Hoy va a ser la noche de la que
os hablé, crónica de una boda anunciada, quince años tiene vuestro amor, hoy culminaréis
lo que en Las Vegas no se cumplió. Siempre estáis a las duras y a
las "más duras", cuando hay urgencia, mil calles llevan hacia vosotros, queremos
tener vuestra presencia.
Pero no todo el provecho es de
estos chicos afables, hay que reconocer que gran parte del mérito es de
vuestros padres. También sus hermanos son... bastante agradables.
A
riesgo de que la SGAE me cobre canon, citaré al músico José María Sanz, el cual
canta: “Mis amigos se casan, cosas de la edad, siempre que los veo se excusan
con suavidad. Con 18 son capaces de llegar al final, ya pasados los 30 han
aprendido a esperar”.
Carlos
y Marta han aprendido a esperar, hasta tal punto, que los demás pensamos que
este día nunca iba a llegar. Que el camino que hace 3 lustros empezásteis a
asfaltar se convierta en autopista, que sea duradero vuestro viaje, dejad que
otros participemos en el trayecto, no nos cobréis peaje.
En
nombre de todos vuestros amigos... Muchas felicidades
Para Carlos y Marta.