-Hola, cómo t va?, vas a estar estos días x Madrid?
Me apetecía ver a Lucía y era un
buen momento para acercarme a recordar viejos tiempos con aquella amiga a la
que no veía desde hace mucho. Me contestó a los treinta
minutos o así:
-Hola!!!!, cuanto tempo. Estoy
fuera de vacas, pero avisa si vienes x si coincidmos
Vaya, qué pena. Deseaba con toda
mi alma verla y disculparme por tantas cosas…
-Passaré x la capital cuando vaya a mi pueblo de Burgos, pero bueno, en otra ocasiónn.
Ella
reaccionó de manera similar:
-Yo también, pero ahora stoy muy liada y cuando vuelva no sé si tendré 1 hueco
Mi coraza de armadillo empezó a ceder:
-Quiero decirte muchas cosas
Se preocupó:
Entonces
no pude más y contesté sin pensar ni un segundo lo que escribía:
Ahora
fui yo quién hizo la pausa y ella se impacientó:
Me
arrepentí nada más pulsar “enviar”, pero la carta ya estaba descubierta. Así
que esperé su respuesta:
-De verdad, no necesito esto, insisto, no me hagas más daño
De
nuevo cada sílaba se volvía contra mí. Lucía creía que no hablaba en serio y
eso dolía. Pero al pedirme que no la lastimara demostraba que seguía sintiendo
algo por mi:
-No, espera
Esta vez
la pausa fue corta pero pensé que había apagado el teléfono de verdad:
Así que
arremetí con todo lo que me había estado guardando durante tanto tiempo:
-K puedo decirte?
Entonces
no hubo respuesta. El color azul demostraba que lo había leído pero ningún
“escribiendo” se mostró debajo de su nombre.
No
había ningún “te quiero”, ni la palabra “amor”, ni nada que se le pareciese,
pero creo que es el mensaje más bonito y esperanzador que he leído en mi vida.
-Passaré x la capital cuando vaya a mi pueblo de Burgos, pero bueno, en otra ocasiónn.
“Venga,
díselo”, repiqueteaba el pensamiento en mi cabeza… “díle que la echas de menos,
que la quisiste tanto… no te lo dejes dentro… te lo agradecerá”…
Pero
sólo me salió un:
-Tengo
ganas de verte ;-)
-Yo también, pero ahora stoy muy liada y cuando vuelva no sé si tendré 1 hueco
Mi coraza de armadillo empezó a ceder:
-Quiero decirte muchas cosas
Se preocupó:
-Ha
pasado algo?, va todo bien?
Y tuve
que explicarle:
-Si,
trankila. Es algo sobre hace años, no m porté bien contigo
Tardó
en contestar, pero…:
-Bueno,
ya está todo olvidado, da igual.
Sentí
el mensaje clavándose en mi pecho:
-No da
igual, no lo he olvidado, ni te he olvidado nunca.
Creí
que se vengaría poniendo que ella sí se había evadido de mi, sin embargo…:
-Ahora
todo ha cambiado, tu stás con otra persona y yo también. Tomamos nuestros
caminos
Era
verdad, aquellas sendas nunca más se cruzarían y cada una avanzaba en sentido
opuesto:
-Eso no
kita k todavía me duela lo que t hice. Por eso quería verte y hablar
Volvió
a hacer una pausa eterna a pesar de que sólo fueron unos minutos:
-Déjalo,
en serio, no necesito esto, ni tu tampoco, nos vamos a hacer daño.
-Perdóname
Lucía, me equivoqué, no quise herirte, te amaba tanto…
-Joder,
me haces mucha falta
-Sé que
soy un egoista…
-Pero…
-Pero
qué?
Ya
estaba lanzado y no iba a recular:
-Pues
que te sigo queriendo
-De verdad, no necesito esto, insisto, no me hagas más daño
-Voy a apagar
el móvil, bromea con otra
-No, espera
-Todo
lo que estoy diciendo es verdad
-Por
eso quería verte
-Dame
la oportunidad de explicarme
-Ya es
tarde
-K puedo decirte?
-Escúchame
-Kieres
k te diga k no he encontrado a nadie como tu?
-K todas
ls noches me acuesto y pienso en ti?
-K
nunca me perdonaré el error k cometí?
Preferí
no insistir y dejar las cosas como estaban. Había vuelto a cagarla y me sentía
como un enorme gilipollas. Mi intención fue simplemente verla y charlar un
ratito con una cerveza, pero en vez de eso el corazón me había traicionada de
la manera más inesperada.
Me
acosté y durante días estuve tan pendiente del teléfono como un adolescente al
que le acaban de regalar su primer modelo de móvil.
Nada.
Pasaban
las horas y nuestra conversación no tenía continuidad. De vez en cuando se
mostraba “en línea” pero mi chat no era receptor de ninguna paloma mensajera.
Me dí cuenta de que la tecnología puede ser terriblemente cruel. Tenía mensajes
sin leer de unos doce contactos y sin embargo la sensación de soledad era plena
y envolvente.
Mi
viaje a Burgos tuvo su ida y tuvo su vuelta y al pasar por Madrid vi su efigie
reflejada en el smog generado por la contaminación. Los haces de humo evocaban
su rostro y aquellos ojos contaminados me miraban provocando una búsqueda
perdida, pero se difuminaban recordando que los sueños se evaporan y algunos
errores no se pueden corregir. Ícaro no podrá volar lejos del sol y así me
sentí yo, cayendo en un vuelo malogrado, en barrena, dejando mis aires de
grandeza entre las llamas del astro soberano.
Habían transcurrido diez días y mi WhatsApp
había dejado de ser una prioridad en los minutos que regían mi vida. Sin
embargo, cuando sonó el tono que tenía asignado a los mensajes
entrantes, mi instinto me hizo interesarme por lo que había recibido.
Ahí
estaba: Lucía figuraba en la pole position de los contactos con notas pendientes
de leer:
-Pueds
venir el sabado?, tengo el día libre y podemos hablar.
Relato publicado en la Antología de Relatos "Sinergias" (julio 2018) tras ser seleccionado en el Primer Concurso de Relatos Cortos organizado por la Editorial Sinergias.
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